Son ricas y diversas, herederas de una fuerte ascendencia aborigen, matizada por la transculturización de la cocina española, africana y asiática.
De estos hábitos alimenticios, hacen gala de presencia el casabe y la raspadura, cultivada desde nuestros aborígenes. De ahí viene el motivo por el cual Jiguaní es conocido nacionalmente como ῝el pueblo de la raspadura y el casabe῝.
De las costumbres culinarias, algunas se conservan, y otras por rescatar, están el casabe, la fritura de maíz, el matahambre, la gandinga, los chicharrones, la morcilla, la empanadilla, el bollo de maíz, pinol, boniatillo, pan de maíz con coco (budín), viandas azadas (boniato, yuca, plátano), cuerúa de guayaba, la raspadura, el agualoja y la crema de vié, muchas cultivadas desde nuestros aborígenes. De ahí viene el motivo por el cual Jiguaní es conocido nacionalmente como ´´el pueblo de la raspadura y el casabe´´. Se han ido imponiendo con el transcurro del tiempo la bola de yuca y el tamal. No puede faltar el cerdo asado en púa.
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