En la actualidad, la revolución cubana tiene el propósito de crear un hombre que se involucre de forma activa en la construcción de la nueva sociedad, con alto nivel de responsabilidad, habilidades prácticas, sentimientos humanos y valores éticos y estéticos, lo que implica en definitiva, crear un hombre revolucionario y culto.
Para conseguir que la Revolución alcance ese propósito esencial, se requiere formar un profesional con un valioso nivel de integralidad, que ostente además de los conocimientos necesarios, el desarrollo de habilidades y la formación de los valores que hoy exige la sociedad.
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